Intento no deprimirme cuando me da por recordar su dedo dibujando en mi pierna, su manía por llevarme la contraria, sus discusiones estúpidas, sus chistes malos o como tenías que explicarle las cosas mil veces. Como conseguía callarme con un beso de la manera más bonita, cuando se motivaba él solo y tenías que decirle que callase, cuando me decía que era lo más bonito que tenía o cuando yo le preguntaba que que le pasaba y él me respondía que yo, que yo era lo que le pasaba. Como me cogía la mano y me miraba y como yo me perdía, y dejaba de escuchar lo que me decían. Como me abrazaba por detrás y me susurraba que le prometiera que nunca me olvidaría de él, y que se quedaría así por siempre.
Sí, joder, nada de eso he olvidado, y nada de eso me da igual, aunque lo parezca. Soy un ser humano, no soy perfecta, aunque a veces pretendo serlo, para que negarlo. Pero es que no tengo un concepto claro de lo que es ser perfecto, y entonces es jodido.
Perfecto, ¿Insensible a todo, para que nada me afecte, o totalmente sensible, percibiendo todo lo que pasa a mi alrededor? Se supone que si esos son los extremos, y lo mejor es el término medio, ser perfecto tendría que estar entre esos dos términos, pero, ¿Dónde?
Es imposible ser perfecto, joder, soy un ser humano, y por mucho que quiera, si me hacen daño, me afecta y si me pinchas, sangro.
Es que esa clase de cosas son imposibles de olvidar.
ResponderEliminarY somos humanos. Sentimos. Lloramos y reimos con la misma facilidad.