jueves, 8 de septiembre de 2011

Ya lo dijo Shakespeare una vez.

A estas alturas, hablar de la estupidez humana, que es un tema tan tocado ya, supongo que resulta innecesario. Pero me da igual. Los seres humanos somos muchas cosas por naturaleza, ese es otro de los temas que se suelen tocar, si, pero somos, sobre todo, estúpidos. No es una cosa muy dificil de comprobar. Todos decimos, alguna vez, por ejemplo, que amamos la lluvia, el viento o el sol. Pero cuando llueve, abrimos el paragüas, cuando hace viento cerramos las ventanas y cuando hace sol buscamos una sombra. Ya lo dijo Shakeaspeare una vez. 
Nos contradecimos, soltamos respuestas estúpidas que no vienen a cuento, chillamos, nos arrepentimos de cosas, lloramos y reimos por la misma razón sin darnos cuenta de que, desde fuera, parecemos estúpidos. Queremos que nos digan la verdad, pero mentimos para no hacer daño a los demás. Damos consejos que ninguno de nosotros se aplicaría, y soñamos planes descabellados que nunca somos capaces de llevar a cabo.
Nos volvemos locos cuando no sabemos como seguir, pero también nos volvemos locos con la nota de un examen, con una sonrisa, con el roce de otra piel contra la nuestra.
Aunque, no se porque te estoy contando esto, es obvio que todos nos hemos sentido estúpidos alguna vez.

martes, 6 de septiembre de 2011

Mejor será respirar

¿Cuando sabes que algo se está convirtiendo en una obsesión? No sé. Supongo que cuando se convierte en el tema de conversación habitual, o cuando estás pendiente de cualquier novedad en el asunto. Una obsesión es algo que está presente, no hace falta que te lo recuerde ningún post-it, ni siquiera que lo apuntes en la agenda. Hay obsesiones buenas, y malas. O eso dicen. Yo creo que cuando te obsesionas con algo, todo va en picado. Es cualidad innata de los seres humanos en general obsesionarse, y mía en particular. 
Lo mejor de las obsesiones es que hay variedad en el catálogo. Las hay con el chico de tus sueños, o con el gilipollas que piensas que lo es. Las hay con un examen, con un ex, con amigos... Las hay con un problema. 
Vamos, que hay para elegir. La mejor opción, respirar.
Yo, tras mucho obsesionarme con las obsesiones... Valga la redundancia, he llegado a la conclusión de que no llegan a ninguna parte. ¿Gran conclusión, verdad? No sé. Supongo que son como ese tipo de cosas que sabes que no llevan a ninguna parte, pero no puedes evitar. Si, también hay un amplio catálogo de eso, pero eso es otro tema.

No mimos de cualquiera.

Te despiertas, todo está gris, ni siquiera la brisa que entra por la ventana te susurra razones para levantarte. el olor a café que sale de la cocina te hace meter la cabeza debajo de la almohada, porque eso significa que hay que levantarse y no quieres.No es porque tengas sueño, no. No te duele la cabeza, ni el estómago, es más, tienes hambre. Pero todo se presenta bastante negro, te gustaría quedarte allí debajo y dejar que pase el día, o bueno, que te vengan a ver y que te den mimos. Sí, eso. Pero no mimos de cualquiera, no.
Y mientras pasa todo esto, aparece ella. Algunos la llaman por su nombre, otros se lo acortan cariñosamente, otros, ni la conocen, para ti ella es tu mejor amiga. 
Esa a la que le cuentas todo, aunque te mire mal, y te comprende. Aquella con la que te ries tanto, que te duele la barriga. A la que llamas cuando lloras, o como hoy, cuando no te apetece salir de la cama. Con la que haces la mayor cantidad de bobadas que el resto del mundo nunca podrá entender. Con la que te sientes segura de verdad. 
Llamadme cursi, pero es la única que puede alegrar un día así.

lunes, 5 de septiembre de 2011

Que no es lo mismo perder, que perderse.

Y llega un momento en el que te das cuenta de que puede que no hayas dejado muchas cosas por el camino, pero que algunas duelen más que otras. No es lo mismo perder un anillo que perder un amigo. No es lo mismo perder, que perderse, ni que haberse perdido. Cualquier coma puede cambiar el significado de la frase.
¿Acaso creo en el destino? No, no creo. Así que si me he perdido por el camino, y si he perdido por el camino ha sido solo cosa mía.
Puede, que en algún momento te des cuenta de que las cosas estén mejor así, que los recuerdos son solo eso, recuerdos. Que no deberían poder hacerte daño, pero lo hacen. 
Eso es la única verdad que nos queda. ¿Somos demasiado sentimentales a veces? Sí, supongo que viviríamos mejor sin sentir que hemos perdido algo importante. 
Pero yo todavía no he desarrollado esa capacidad.
Así que seguiré perdiendo, perdiéndome y, joder, que más dará a estas alturas, seguiré, que no es poco.