
Si es que cualquier cosa me recuerda todo lo que hemos pasado juntas, estar sentada en esta silla, mirando nuestras fotos, escuchando cierta canción que alguna vez escuchamos o simplemente leyendo las miles y miles de cartas que tenemos de hace tiempo ya, y de no hace tanto.
No puedo presumir de conocerte de toda la vida, pero como si lo hiciera.
Si es que en el fondo, piénsalo, puede que nos separemos a veces, que nos distanciemos, pero siempre acabo persiguiéndote para que no te escapes, y creo que ya has comprobado que es muy difícil escapar de mí, tu te lo has buscado, maja.
Y estoy aquí sentada recordando todo lo que hemos pasado, todas las noches, las tardes, los videos, las llamadas, las risas, los llantos, las depresiones y todo lo que nos queda. Me apetecía darte las gracias. ¿Por qué? Ya lo sabes.
Por todo.
Y que te mereces ser la persona más feliz del mundo y si estuviera en mi mano, siempre lo serías. Pero como no está, solo me queda apoyarte y sacarte alguna de esas sonrisas tuyas que le alegran el día a cualquiera.
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