¿Que por qué las cosas buenas hay que vivirlas dos veces?
Para estar seguro de que han sucedido. Quiero
decir, igual está mal formulada la pregunta, al limitar el número de veces a
dos.
Me explico. Nos quisimos, nos enfadábamos
hasta que uno de los dos cedía cuando echaba de menos las manos del otro a su
alrededor. No fuimos medias naranjas, éramos una uva y una manzana buscando
agua desesperadamente, buscándonos el uno al otro.
Somos diferentes, quizás como los que más.
Tenemos la capacidad de reírnos el uno del otro, pero no de entendernos. Y
quizá es mejor, nadie me hacía reír tanto como cuando tu terminabas nuestras
discusiones con un “Búscate otro perro que te ladre, princesa” y despacito,
aparecías por detrás y me abrazabas por la cintura.
Muchas discusiones no tienen final, y los seres
humanos estamos empeñados en buscarle siempre uno.
Teníamos también la capacidad de herirnos, y
de curar las heridas con tiempo y dedicación.
En definitivamente, que no te pido que
repitamos lo que vivimos, si no que nos queramos como nos queríamos. Que olvidemos
lo que hemos pasado. Pero no una copia mala de un amor que no se puede copiar.
Simplemente vivir otra versión.
Que las segundas partes nunca fueron buenas,
dicen.
Pues volvamos a empezar. Encantada, me llamo
como tú quieras llamarme. Vayámonos a vivir una historia inolvidable, pero
vayamos.
Preciosa la entrada. Me encanta.
ResponderEliminarUn beso(: